Mañana, 22 de junio, la Junta de Gobierno municipal somete a aprobación seguir adelante con el expediente de desalojo de La Casa Invisible. De aprobarse este punto, el gobierno del PP, con el alcalde Francisco de la Torre a la cabeza, estaría dando un paso más para que el futuro proyecto que albergue este edificio municipal del siglo XIX se convierta en el negocio privado de unos cuantos, o bien acabe clausurado y abandonado sine die por falta de presupuesto municipal.
Si La Casa Invisible forma parte del movimiento Málaga No Se Vende es porque no solo está "en venta" el edificio que la acoge, sino toda la ciudad. La apuesta por un modelo de privatización y mercantilización, no sólo conlleva la expulsión de los vecinos y vecinas, sino también la de cualquier iniciativa ciudadana que vaya más allá de la especulación.
El proyecto de La Casa Invisible, avalado por 11 años de gestión ciudadana, es la única opción que garantiza la continuidad del uso cultural del inmueble, el interés general para la ciudad y el inicio inmediato de la rehabilitación del edificio, al contar con el proyecto técnico y el dinero para acometer la primera fase.
A pesar de la negativa del Alcalde al diálogo, La Invisible no va a abandonar esta vía ni las calles como espacio de expresión de voluntad política y reivindicación ciudadana.
Hace 11 años que La Invisible ganó este concurso. La potencia de la cooperación no se desaloja.