Hoy celebramos con todo el corazón y la fuerza de quienes seguimos creyendo y construyendo el derecho a la ciudad, la cultura libre, la experimentación, la potencia de la cooperación y el cuidado mutuo.
No se sabe si al cumplir años se mira hacia el pasado o hacia el futuro. Hoy hacen 18 años desde que un edificio en el centro histórico de Málaga cobró vida. Un ser vivo que practica otras formas de vivir en contra de los aparatos mortíferos de un modelo de ciudad asfixiante. En la medida de su fuerza, siempre ha sido un proyecto desafiante que a partir de su afirmación rotunda (por la cultura libre, por la experimentación, por el apoyo mutuo, por los cuidados...) se enfrenta con inventiva a todo aquello que nos hace la vida imposible (la expulsión de las vecinas, el desierto urbano, la sociedad patriarcal, la precariedad del turbocapitalismo, la cultura de usar y tirar, la emergencia climática, las guerras, el brutalismo colonial).
En este momento quizá sea pertinente plantearnos si la pregunta de "cuánto tiempo" es apropiada para la resistencia. Lo tenemos claro: aquí estamos y con la potencia de una #MálagaParaVivir seguiremos. Cuestionarnos si celebramos los años transcurridos o los años que están por llegar en el fondo no importa, siempre se celebra el presente, la provincia temporal de la resistencia, la vida en este preciso momento, esa es nuestra manera de presentarnos. Después de todo, lo que se celebra es la presencia. Resistir es crear, inventar, cuidar. 18 años de permanencia, cambiante y viva, mayores de edad pero siempre menores, en fuga, invisibles, allí donde lo nuevo insiste y lo establecido se tambalea.
Hoy, más que nunca, miramos al futuro con vitalismo, con la fuerza de todo lo vivido y con la energía que nos impulsa a seguir construyendo lo que está por venir. ¡Por muchos años más de lucha, de cooperación, de cuidado por la ciudad y de invención de nuevas formas de vivir en vecindad!
18 años de vida en el centro de la ciudad, ¡y solo acabamos de empezar!
#LaInvisibleParaVivir